Doce bodegas del Penedès y siete municipios de las comarcas del Alt Penedès y del Garraf decidieron hacer frente común para ofrecer unapropuesta enoturística conjunta. Bajo el nombre de la Carretera del Vise trata de una ruta que recupera el antiguo trazado comercial que unía el interior del Penedès con la costa y que configura el mismo camino que utilizaban los romanos para hacer llegar el vino del Penedès al resto del mundo. Es un recorrido de 35 kilómetros que va desde Sant Martí de Sarroca a Sitges, pasando por Pacs del Penedès, Vilafranca, Olèrdola, Canyelles y Sant Pere de Ribes. A lo largo de todo el itinerario se encuentran esta docena de bodegas así como otros espacios de interés histórico y arquitectónico, como vestigios íberos, castillos o casas modernistas. De cara al segundo año de andadura, la Carretera del Vi busca consolidarse como la ruta vinícola de referencia del Penedès y del Garraf y promocionar turísticamente el territorio.

Inspirada en las wine roads internacionales, La Carretera del Vi es la primera wine road en todo el estado. La ruta lineal resigue el trazado existente, salpicado de bodegas y otros puntos de interés museístico, arqueológico y arquitectónico. Siguiendo la rotación de presidencia marcada por el estatus, este segundo año La Carretera del Vi estará presidida por Mireia Tetas, tercera generación de las Bodegues Pinord de Vilafranca del Penedès. El propietario de la Finca Viladellops y presidente durante el primer año de la asociación que promueve el proyecto, Marcelo Desvalls, explica que “lo que hace especialmente interesante la ruta es la diversidad de bodegas y espacios turísticos que hay, agrupados en una única propuesta que es fácil de entender por su configuración lineal”.

La iniciativa nace con la voluntad de posicionarse como ruta vinícola de referencia cerca de Barcelona, impulsando actividades de manera conjunta y articulada. El objetivo es contribuir al crecimiento del turismo y al mismo tiempo proteger el territorio para preservar su belleza paisajística y valor histórico, explican sus impulsores. Las bodegas que integran La Carretera del Vi son Mas Bertran Viticultors, Rovellats, Parés Baltà, Colet, Bodegas Torres, Heretat Mas Tinell, Pinord, Torreblanca, Finca Viladellops, Clos Lentiscus, Torre del Veguer y Puig Batet.

Un balance positivo

Desde que se inició en mayo de 2015, el proyecto ha recibido más de 115.000 visitantes y con la vista puesta en la segunda temporada, la asociación hace un balance positivo y valoran este primer año como un periodo de puesta en marcha. Aseguran que la respuesta de la gente ha sido muy buena y encaran el 2016 con una clara voluntad promotora, con la prioridad de darse a conocer en la costa central, de Castelldefels a Tarragona.

La intención es tener más presencia en las oficinas de turismo, realizar las pertinentes reuniones con los ayuntamientos, impulsar fines de semana temáticos y tener más presencia en redes sociales y medios de comunicación.

Otra de las asignaturas pendientes es la señalización de la carretera. Así, se valorarán las diferentes opciones para las indicaciones de esta wine roaden cada unos de los municipios y bodegas, ya sea en tramos urbanos o interurbanos. Para hacer el recorrido, es preferible desplazarse con vehículos motorizados, aunque también incluye recorridos parciales para hacer a pie o en bicicleta.

El atractivo de hacer una promoción conjunta

Bodegas que normalmente son competencia se han unido en esta asociación y van juntas a la hora de promocionarse a través de la ruta de la Carretera del Vi. “Esta sencillez es una de nuestras virtudes”, afirman fuentes de la entidad. La promoción conjunta y el valor añadido de ofertar un paquete turístico en forma de ruta es lo que acaba dando significado a la iniciativa, defienden.

Desde el punto de vista cultural, la entidad destaca el impacto turísticoque han podido recibir los municipios más pequeños, como Olèrdola, Pacs o Sant Martí. En el caso de los grandes, como Sitges o Vilafranca, la Carretera del Vi es un complemento que ofrece “un plus de calidad y diversificación turística”. En cambio para los pequeños la iniciativa es una gran ventaja, ya que les permite estar presentes en muchos eventos y ferias por el mero hecho de formar parte de la wine road, una promoción que difícilmente podían costearse por libre. “Es una manera de hacer de altavoz”, sentencian.

La promoción de la Carretera del Vi se ha vertebrado a partir de una programación anual de fines de semana temáticos: la organización propone un tema y cada bodega lo interpreta según su idiosincrasia. Algunos estuvieron relacionados con los vinos emblemáticos, la vendimia o incluso los quesos. Los visitantes pueden disfrutar de actividades relacionadas con el funcionamiento de las bodegas y tienen disponen de una serie de ventajas en la visita. El año pasado se hicieron hasta seis fines de semana temáticos.

La implantación de las nuevas tecnologías

Para promocionar aún más el proyecto, la presencia en el mundo digital de la mano de las nuevas tecnologías se ha convertido en un factor imprescindible para esta wine road. Entre las herramientas de las que disponen los participantes, destaca la aplicación gratuita y el pasaporte.

La app es válida para móviles y tablets Android y iOS, con servicios de geolocalización y guía para realizar el itinerario. También proporciona todo tipo de información referente a la ruta y todo lo que se puede encontrar en ella: alojamientos, restaurantes, puntos de interés… El pasaporte digital proporciona ventajas y promociones. Las bodegas sellan electrónicamente las visitas y por ejemplo ofrecen al enoturista degustaciones premium y ofertas exclusivas. Y para aquellos más tradicionales, este año también existe la novedad de un pasaporte físico, con un precio de 3 euros que se puede adquirir en cualquier de las doce bodegas de La Carretera del Vi.